Antes la gente quería progresar socialmente y lograr así el reconocimiento. Ahora no. Ahora no quieren progresar y sin embargo quieren que se les reconozca como a los que progresan. Se creen con todos los derechos del mundo sin habérselos ganado con su esfuerzo. Sin límite.
Son caldo de cultivo para que triunfe la demagogia.