Tengo muy buenos amigos argentinos, aquí y allá. Y Argentina es un país que me subyuga. Me gusta su tierra, su música su gente. Pero todos estos argentinos que vienen a Europa con la pretensión de cambiar nuestra forma de vida, ¿por qué no se van a su país para tratar de resolver los muchos y graves problemas que tienen? Nos quieren traer aquí su populismo y su demagogia y echar a bajo los principios sobre los que se ha desarrollado nuestra cultura y nuestra civilización.
El populismo y la demagogia, imperante en algunos países sudamericanos son un atentado a la libertad, a la dignidad de las personas, que son engañadas, y a la democracia, que es falseada.